Establecer y cumplir con las fechas de entrega es uno de los temas que más roces provocan dentro de las organizaciones. Las fechas de entrega a las que hago mención en este artículo se refieren al micro-management de los equipos y personas, no al límite de tiempo establecido en un objetivo SMART.
Desde mi punto de vista, estás son las prácticas que se deben evitar para que las fechas de entrega no se conviertan en un tema difícil:

Imponer fechas de entrega.
En el ambiente corporativo es muy común que se les imponga a los equipos de trabajo fechas de entrega sin tomar en cuenta sus recursos (tanto económicos como humanos), el ánimo del equipo u otros proyectos en los que están involucrados al mismo tiempo.
Imponer fechas sin tomar en cuenta estas situaciones puede provocar frustración, desánimo e incluso renuncias si es un equipo que está pasando por situaciones complicadas como falta de personal, cambios recientes en el equipo, falta de experiencia en el tema o sobrecarga de actividades.

Falta de transparencia y honestidad.
Algunos líderes deciden esconder o no comunicar estas situaciones complicadas por miedo a afectar la imagen del equipo dentro de la organización. Hacer esto implica no poner en el centro a las personas y arriesgar la estabilidad del equipo.
Las transparencia y honestidad son valores esenciales que se deben poner en práctica en todo momento. Poner todas las cartas sobre la mesa al momento de establecer una fecha de entrega es importante para garantizar el cumplimiento de estas. Aunque los datos no sean optimistas, la transparencia y la honestidad mejoran la confianza en el equipo a largo plazo.

Falta de reprocidad al renegociar la fecha
Simplemente decir que no a una fecha de entrega es un acto muy mal visto dentro de las organizaciones. Cuando sea necesario establecer una fecha diferente a la solicitada es recomendable:
Que la nueva fecha de entrega sea alcanzable y dentro del rango que requiere el solicitante. Si ya estás en un proceso de negociación, no te pongas la soga en el cuello con otra fecha imposible, pero tampoco propongas una fecha a muy largo plazo que pueda ser interpretada como falta de interés en la necesidad del otro.
Enlistar los compromisos de ambas partes en cuanto al alcance, entregables y seguimiento. No hay nada que cause más tranquilidad en la organización como tener un plan bien definido.
¡Cumplir con los compromisos! Esto dará credibilidad al equipo y ayudará a fomentar la confianza en ambas partes. Que un equipo cumpla con sus compromisos es el primer paso en la madurez hacia el alto desempeño.
¡Gracias por leerme!
Paola Lugo, autora invitada
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Me gusto mucho el artículo, sigan así…